Hay textos en los que el espacio es esencial, como El nombre de la rosa, de Umberto Eco, Hotel Savoy, de Joseph Roth o A puerta cerrada, de Sartre. Está también el mítico castillo del Conde Drácula, o la casita de los enanitos de Blanca Nieves. ¿Tienen las casas alguna connotación en sí mismas? ¿Son las de los buenos diferentes a las de los malos? Os ofrecemos una interesante reflexión sobre las casas en el cine que es útil también desde el punto de vista literario.

(En la imagen, Cary Grant en Con la muerte en los talones, de Hitchcock, se acerca a “la casa del malo”).

Texto de la arquitecto María Aroca. (pincha aquí para leer el texto)

8 comentarios

  1. Me interesa mucho este artículo, es original y ayuda a pensar la literatura. Los felicito por este blog, tiene entradas muy interesantes.

  2. qué buena idea la de la verticalidad como lugar de peligro y la horizontalidad como espacio de protección. Quiero más artículos como este, buenísimo, la verdad.

  3. Voy a mirar las casas en el cine con otros ojos, y voy a juntar dinero, a ver si alguna vez en la vida me puedo comprar una “casa del malo” como esa, ¡es preciosa!

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