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¿Cómo se hace una portada? ¿Qué elementos se tienen en cuenta? ¿Qué esconde esa imagen, aparentemente casual? Julieta & Grekoff, diseñadoras de las portadas de mis dos últimos libros, os cuentan el proceso de pensamiento que esconde su trabajo.

Historia de una portada

La cubierta de La muerte juega a los dados, editada por Páginas de Espuma, podría haber sido muchas otras. De todas las posibilidades elegimos una habitación que es todas las habitaciones del libro, y que encierra, o esconde, o aísla, o espera, a sus víctimas. Es una cubierta algebraica que funciona como si fuera una ecuación a despejar.

De los infinitos temas que habitan estos cuentos, nos gustó una referencia a Walter Benjamín que habla de la memoria del papel. Para los matemáticos, la belleza del origami es su simple geometría. Es una técnica que sugiere más de lo que muestra, el doblado resulta a menudo sorprendente, para comprender su lógica y completar una figura es necesaria la mirada del espectador. Esto mismo pasa en este libro, que necesita de una lectura completa para captar su estructura matemática. Nos pareció entonces claro que la cubierta tenía que ser de papel.

Esta es la teoría, pero nos faltaba el cómo. Y así entraron en el proyecto Isabel Lafuente y sus obras de origami. Como Isabel vive en Brasil, y nosotras entre España y Canadá, el trabajo se hizo desde tres países. Le pedimos a Isabel, través de Skype: “haz unas cortinas amarillas”, “la cama más años cincuenta”. Luego vino el “Isa, necesitamos que hagas tú la foto así, así y así”, “un poco más a la derecha”. Y, entre las tres, fuimos tejiendo la portada. Una habitación desierta, porque nos pareció más terrible la ausencia. ¿Quién vive en esa habitación? ¿Por qué se fue? ¿Qué le pasó?

En cuanto a la perspectiva de la imagen, no quedó otra alternativa que usar un ángulo en contra picado y logramos así un punto de vista superior, irreal en lo cotidiano.

En cuanto a la letra elegida, la “Trixie” nos remite de forma directa a la tipografía cliché de la novela negra. Los colores claros nos han ayudado a aumentar la tensión entre elementos contradictorios: lo infantil y lo perverso, lo tranquilo y lo inquietante, que también eran conceptos importantes en el libro anterior de la autora, El libro de los viajes equivocados (Ed. Páginas de Espuma)

En realidad, esta tapa fue pidiendo claramente lo que necesitaba, y quizás es por eso que usamos verbos tan asertivos (elegimos, quisimos, decidimos) para recuperar un poco de poder, porque en el fondo tenemos la terrible sospecha de que esta portada se ha diseñado sola.

 

 

Estudio de diseño

Julieta & Grekoff

www.julietaygrekoff.com

 

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