Malena Teigeiro me pusieron en registro cuando nací en una aldea cercana a La Coruña, en donde juego con el aire que viene del mar. Sin saberlo, estaba poniendo la levadura de mi vocación -¿quizá la más tardía?, no sé- de las letras. Porque antes de que el aburrimiento de una enfermedad me llevase a coger un papel y empezar a escribir, fui funcionaria, alcalde de mi pueblo y un sinfín de cosas más.
Cuando me picó la abeja de las letras, me apunté al Taller de Clara Obligado, que diría un castizo, y allí ella pretendió enseñarme. Difícil tarea la suya.
Como tantos otros locos por este arte, escribí Una tumba sin nombre ni cruz, ni luz de luna, que publiqué en 2011. Con sorpresa vi que se vendía. En 2012, gracias a mi amigo el toro Tempranillo, intérprete principal del cuento «La inverosímil historia del toro Tempranillo, la Concejal doña Antonia y Lauri, el ujier soñador» fui finalista en el Premio Internacional de literatura y tauromaquia Heminway 2012. Y mis cuentos van apareciendo publicados en diferentes libros, revistas y blogs.
Y como mis años son muchos, pero mi voluntad clara, sigo con el ordenador en la mano aun sin saber muy bien hasta dónde. De momento, como a los viejos cómicos, ya me llevan a cantar mis letras por los mercados.